Redes sociales y plantas. Nacen, crecen… algunas mueren

Hace unos días, llegó a la oficina una planta. La recibimos con entusiasmo, le ofrecimos cariño, miradas cómplices y hasta alguna que otra conversación. Todos querían echarle agua, ponerla al sol, pasar tiempo con ella. Pero esta planta es diferente. No necesita ni agua, ni sol, ni cariño, aunque eso sí, le hemos insistido un poco. Ahora la planta ha encontrado su rincón, ocupa su lugar y recibe la atención justa, pero sus hojas han comenzado a caer y ha perdido el brillo que mostraba el primer día. Aún así, algunos quieren mantenerlaen pie el máximo tiempo posible, por si ocurre algo, por si vuelve a brillar.

Al igual que pasó con Wave, otras redes sociales llevaron el mismo camino.

Nuestra planta la hemos bautizado como Google Wave y al igual que la red social, ha estado un tiempo en reposo, esperando a que ocurriera algo. Pero, su momento ha llegado. Wave se presentó ante una audiencia ávida de experiencias, de novedades. Al principio las miradas fueron para ella. Muchos querían probarla aun haciendo falta ser invitado. Esperaban algo nuevo, pero se esforzaron en ver una remezcla de lo viejo, fuera de su entorno controlado como era Facebook, Twitter, Tuenti o Gmail. Wave pretendía robar tiempo al usuario para que aprendiera a utilizarlo, pero llegó tarde. La mayoría acababan de aprender Facebook. Dicen que Wave llegó demasiado pronto, otros que no distinguían si Buzz y Wave eran lo mismo. La mayoría hemos vivido sin ella, incluso registrados, y ahora, cuando nos anuncian que Wave ha muerto, descubrimos que no era otra red social al uso. No todas las plantas hay que regarlas y no todas las redes sociales hay que mirarlas desde el mismo ángulo. Y eso mismo nos quiere decir la plataforma «Salvemos Google Wave». Más de 20.000 personas han apoyado esta iniciativa que pretende lo que no consiguió Google: venderlo bien. Hablan de Wave como una herramienta para trabajar en tiempo real, para colaborar en proyectos con compañeros que se encuentran a distancia. Lo están haciendo muy bien, pero es tarde, la planta se ha ahogado. Pocos dedicaron el tiempo necesario a entender lo que tenían delante. Hay que darlo todo bien masticadito. El tiempo es limitado y la gente no lo regala. Y esto mismo es lo que tendrá que recordar Google antes de sacar su nueva apuesta «Me» para convencer a los internautas ya asentados en otras redes sociales. †††

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A todo esto, ahora han llegado a la oficina unos simpáticos pececitos. No sabemos si están contentos con la temperatura del agua y si están hambrientos o empachados pero, …. ¿os he dicho que estamos emocionados?

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